"Me impresionó la actitud de los pasajeros en el momento del incidente. Tranquilidad absoluta y algún bebe llorando. Me lo imaginaba diferente: gritos, lloros, mujeres histéricas..."

Tras oir por el megáfono las palabras del Comandante me quedé paralizada. Empezó a pasar por mi cabeza mi vida en forma de imágenes cual fotografías instantáneas. Un batallón de preguntas estallaban en mi cabeza. Aquello era como una macedonia de frutas tropicales.

Miles de películas sobre accidentes de aviones invaden nuestra programación pero nunca te imaginas que tú puedes estar ahí. Acontecimientos recientes avalan una no muy buena seguridad aérea, por si fuera poco.

Y ahí estaba yo, sola, en mitad de la nada, en un lugar entre Barcelona y Bilbao. Incomunicada. Sin poder hablar con nadie conocido y con un pequeño ataque de nervios, no sabía si llorar, gritar o qué hacer...

Y si, cómo estabais imaginando, hubo un problema en el avión. Cuándo llevabamos en el aire aproximadamente 20 minutos el piloto lanzó un mensaje al aire: "Al habla el Comandante, debido a un problema con un motor que ha fallado tenemos que volver a Barcelona".

Al final no pasó nada, aterrizamos sin problemas en Barcelon, cambiamos de avión y, con el susto en el cuerpo, volamos rumbo a Bilbao. Hoy he tenido que volver a Barcelona y recordar esta "gran" experiencia, no me ha hecho ninguna gracia...