Por diferentes motivos, hace tiempo que no encuentro las fuerzas para escribir. No consigo acertar con las palabras que me quiero expresar, pero hoy he decidido volver a hacerlo. 

Me he dado cuenta lo fácil que es hacerme sonreir... Lo fácil que, dentro de la tormenta, encuentre un hueco de calma. Y eso es sólo gracias a personas como vosotros, creo que no hace falta especificar nombres... Unos llevan años en mi vida y pasando una tarde juntas o mandandonos mails durante las duras horas de "trabajo" consiguen hacerme sonreir. Otros... no llevan tanto tiempo, pero con una simple tarde en los bolos o unas bravas también pueden hacerme olvidar lo que irremediablemente llega, y de lo que si que no me puedo olvidar al final del día, cuando intento dormir y no lo consigo.

Horas y horas son las que paso mirando al infinito sin respuestas y horas en las que cuento ovejitas sin resultado alguno. Quiero saber que será de mi en unos meses, aunque una cosa tengo clara... no me quiero olvidar de las personas que consiguen hacerme feliz.

"Algunos vienen y otros se van, pero los que se quedan... siempre estarán" 

pequeños instantes

Pocos son los momentos a lo largo de la semana que recuerdo con gran satisfacción... pocos son los días que recuento los instantes que guardaré en la memoria. Pero algo tengo claro, los pocos que guardo, los guardaré para siempre. 

Y poco a poco, construyo mi vida gracias a esos pequeños momentos. Desde un paseo por las estrechas calles de Gracia hasta el recorrido del tren desde Barcelona a Sant Andreu de Llavaneras, 47 minutos que me llevan al pasado, que me traen al recuerdo instantes inolvidables...

Un sentimiento diferente, un gusanito en la tripa.

Y recuerda: "La vida no se mide por el número de veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento".